viernes, 26 de julio de 2013

capitulo 1 de paulina goto y yago muñoz

-le voy a contar mi historia empieza a si



Pau: Ok! explícame nuevamente como si tuviera 5 años…- respiró - quieres que haga qué? – Fue lo primero que dijo Paulina al escuchar a su amigo. Desde hacía varios años había logrado vencer la timidez y el sonrojo que le ocasionaba estar frente a él, y había decidido por lo tanto darse por vencida de lograr algo más que la amistad. Es que había pasado varios años tratando o de que ese tonto se fijara en ella que ya viendo que el tiempo pasaba y ella se estaba haciendo mayor, prefirió dedicarse a conquistar chicos que la tenían en cuenta. Es que para Yago Muñoz, la pequeña hermana de su amigo no existía. Y hoy después de tanto llorar, y desde casi tres años, se habían hecho amigos. Amigos a la fuerza! Porque el noviazgo de Danielle y Eddy (El hermano de Pau), habían obligado a Yago a buscar nuevos horizontes referidos a la amistad, y como ella estaba cerca, le fue fácil…

Paulina era muy distinta a Danielle, y a Eddy. Yago se encontró un día estudiándola y se dio cuenta de que tenía algo de los dos, mas lo propio. De Danielle tenía el buen gusto, la confianza y seguridad en si misma, de Yago el buen humor y la picardía, y cuando se enojaba, podía ver a la señora Alicia, su mamá, lanzándole un gran regaño. Pero Paulina
tenía además algo especial, y era que entendía todas
las penas que Yago tenía. Y más las penas de amor.
Al joven le era fácil contarle lo que sentía, sus más
profundos temores y deseos. Y ella era capaz de
darle un consejo, apropiado para cada cosa. Es por
eso que teniendo un problema con su amor, tan
grande, decidió pedirle ayuda…

Yago: Yo… no es tan malo lo que te pido Pau – dijo
algo nervioso – es muy importante para mí!

Pau: Pero Yago – dijo ella y su piel estaba muy
pálida– en qué puedo ayudarte yo? No tengo idea
de lo que quieres hacer!

Yago: No es mucho pedir… - sonrió – sólo te pido que me ayudes a ser mas… romántico – ella torció los ojos.

Pau: Sé lo que dijiste, lo que no entiendo es por qué? Para qué?

Yago: Por qué? Bueno es fácil, no se me da eso del romance, Paulina. Yo trato de conquistar a una chica…

Pau: Querrás decir a Melanie– dijo con algo de rabia

Yago: Si, a Melanie, pero hago todo mal y quedo como un idiota!

Pau: Pero Melanie ya no está en la escuela Yago– dijo en un tono desesperado.

Yago: Lo sé, pero ella y yo nos mandamos mails, y a veces me resulta algo… difícil poner algo medianamente romántico, y yo… quiero sorprenderla, hacerle ver que yo valgo la pena

Pau: Si ella se interesara en ti, te querría tal como eres, aun siendo un perfecto… idiota… como tú dices que eres!

Yago: Bueno pero es que a algunas mujeres son más sensibles que otras!

Pau: **Querrás decir que Melanie es una reventada que lo único que quiere es acostarse contigo y decir que es la novia del niño que todas aman**-Pensó Pau

Yago: Y Melanie quiere que yo cambie…

Pau: Por qué tienes que cambiar tú? – lo miró arqueando una ceja – Es que ella se cree tan perfecta para decirle a todo el mundo que cambie?

Yago: Paulina…

Pau: No – puso su mano en el pecho del joven – déjame terminar. Si ella te quisiera, te aceptaría tal como eres Yago. Tu eres un chico excepcional – se sonrojó un poco.

Yago: Gracias, pero es que yo quiero hacerlo… yo noto que no sé cómo comportarme delante de una mujer…

Pau: Bueno… eso es cierto – tuvo que admitir.

Yago: Me ayudas?

Pau: Aún no respondiste la otra pregunta.

Yago: cual?

Pau: Para qué quieres que te ayude a ser romántico?

Yago: Ah… es que – se puso rojo- Yo… me gusta… no, yo quiero a Melanie– ella lo miró – Y pues… he decidido declararle mi amor y decirle que sea mi novia…

Pau: Ya es tu…

Yago: No, esto es algo más formal… como un compromiso a largo plazo.
Si alguna vez Paulina quiso que la tragara la tierra, ese preciso momento estaba presente. Trago saliva, estaba con el ánimo por el piso.

Pau: Te le vas a declarar? Es decir comprometerse y todo? – dijo en un hilo de voz…- el asintió sonriendo

Pau: cuándo?

Yago: El día de San Valentín…

Pau: En dos semanas… -susurró. Lo miró. Ya no era el niño interesado en el Fútbol ni en salvar el inmaduro de antes. Eso ya lo había superado. Ahora Yago tenía 21 años. Estaba en el último año de Universidad… y Melanie estaba estudiando para abogada. La odiaba. Ella pensaba que cuando Melanie se fuera de la universidad tendría la oportunidad de conquistar a Yago, pero no contó con que esa arpía lo quería si o si, y estaba valiéndose de todo lo que estaba a su alcance (Sexo incluido) para tenerlo agarrado de la nariz… - Yo – se levantó – no sé… que es lo que tienes en mente…

Yago: Eso quiere decir que hay una posibilidad de que me ayudes… - él se levantó con ella y la siguió. Pau trataba de tranquilizarse, lo estaba perdiendo, ya era un hecho. El la seguía sin decir nada. De pronto ella se detuvo y lo miró.

Pau: Yo, si tú me dices que quieres… puedo ayudarte… además no creo que yo pueda serte útil en algo. Mírame yo, en cuanto a romances no soy toda una experta! –rió nerviosa.

Yago: Pero has tenido muchos novios… y eres mujer… digo sabes que quieren las mujeres de los hombres.

Pau: Definitivamente si! –dijo suspirando– Bueno que tienes en mente?

Yago: Estaba pensando… que quiero declararme con todo! –ella miró sus ojos Cafés. Estaban fulgurantes de alegría, tanto que apenas parecían quedarse en su lugar.

Pau: Declaración y beso? Cena, declaración y beso?

Yago: Se puede? –dijo algo nervioso.

Pau: Depende de ti…- sonrió – Tienes muchas opciones… -él la miró esperando que las dijera. – Bueno, está declaración y beso, nada espectacular, sólo tienes que decir las palabras adecuadas y el beso nada fuera de lo normal! –él sonrió-También esta cena, declaración y beso. Es igual a lo anterior, pero tienes que poner mucho empeño en la cena…

Yago: Puedes ayudarme Ardillita!? –Dijo con una sonrisa de niño chiquito

Pau: Bueno si… o ir al mejor restaurante de aquí…-suspiro– después tienes Cena, baile, declaración y beso –el aplaudió 
contento – y en eso te puedo asegurar que tienes mucho que aprender Muñoz. Bailando tienes dos pies izquierdos.

Yago: Graciosa –rieron– en verdad tienes razón… Bueno eso parece algo bueno, no? Digo la última opción… pero si le agregamos algo más! –dijo con una sonrisa pícara.

Pau: Mira Yago –dijo colorada– Yo solo puedo ayudarte con cena, baile, declaración y beso! Lo de "mas" que estás pensando corre por tu cuenta! Después de todo ella tiene demasiada experiencia en ese campo y yo… -él la miró– no!

Yago: Ok ok ya entendí -la abrazó. Ella se dejó abrazar- Entonces tu me ayudas con lo primero y yo… me encargaré de lo último. Cuando empezamos?

Pau: Yo… tengo que estudiar…

Yago: Paulina, tú no tienes mucho que estudiar

Pau: Está bien… Pero déjame decirte que antes de adentrarnos en lo esencial, deberás leer algunas cosas…

Yago: Qué cosas? Hay teorías para declararse, besarse y bailar? –preguntó algo asustado

Pau: No, bobo! –Rió– hay cosas que tienes que leer para que encuentres tu vena romántica!

Yago: Que no sea nada de algún príncipe enamorado de alguna boba! * No querido, de la boba te enamoraste tu** Pensó y rió en su interior.

Pau: Nada de eso! -le pellizcó la mejilla, haciendo que en la mejilla de Yago se pusiera un poco roja.

Yago: Está bien… -dijo suspirando– Todo sea por amor –miro su reloj– Ardilla! Debo ir a buscar a Eddy!

Pau: Dónde está?

Yago: Eh… yo… creo que en la biblioteca…

Pau: Vamos Eddy no iría a la biblioteca ni aunque le pagaran! Dónde está?

Yago: Con Danielle… En la sala privada..

Pau: Todavía no se le fueron las ganas de…

Yago: Pau no lo sé! Es que tú sabes... cuando uno está enamorado!

Pau: Si, entiendo! Pero espero que los muy idiotas no me hagan tía antes de tiempo!

Yago: Si, yo también! –Le dio un beso en la mejilla– Me voy! Luego hablamos de nuestro trato!-se marchó corriendo. Pau quedó parada mirando cómo se alejaba.

Pau: Bueno –se encontró hablando sola– No era que no te lo esperabas –sus ojos se aguaron un poco– Pero en verdad duele –Respiró profundamente y se limpió los ojos– Es la última lágrima que derramo por él. De ahora en adelante… –Ya llegaba a la entrada– Te limitarás a ser su amiga y lo ayudarás con lo que te pidió. Y después a vivir la vida! Después de todo… el no es el último hombre de la tierra.



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